Buenas noticias para los Impaleros «de volante antiguo». Después de muchas pruebas hemos conseguido solucionar la adaptación del encendido CDI con avance variable a sus motos. Y trabajando con una compañía que ha sido un lujo: por un lado Susanna Permanyer que cedió su Impala para la ocasión, y por otro lado nuestro distribuidor para Cataluña, Esteve, que es la referencia actual como experto en Impalas.
Sumando esos ingredientes al ingenio inagotable de nuestro Ingeniero Jefe, el resultado ha sido excelente: desde ayer tenemos la capacidad de fabricar un encendido válido para ambos tipos de stators. Calculamos que en un par de semanas estará disponible para el público.
Por el camino hemos tenido un primer disgusto con la moto de un cliente: después de unos días rodando a la perfección, la primera moto instalada por nuestro distribuidor madrileño Motos Martín Martín, empezó a dar problemas. El síntoma era muy similar al que se produjo en la primera instalación de la moto de Susanna: arranque fácil, ralentí estable ¡¡a unas 120 revoluciones!! pero completa incapacidad para subir de vueltas.
Tras conectar el osciloscopio de Óscar a la moto, nos encontramos con este gráfico:
Foto al canto, envío a nuestra central de I+D en Sant Cugat, y diagnóstico preciso por parte de Ramón: la forma de la curva no deja lugar a dudas, y el sensor Hall está siendo afectado por un campo magnético distinto al de los imanes de control.
El bueno de Felipe desmontó el volante de la Impala, con el que comprobamos que había sido remagnetizado (no había quien pudiera despegarlo de la superficie metálica del elevador), siendo ésta la causa del problema. Sustituido un volante por uno en estado de uso normal, la moto volvió a ir perfectamente. Conclusión: hemos sido tan obsesos de conseguir que el encendido funcionara con volantes en mal estado que no probamos con uno que estuviera remagnetizado.
Lo curioso es que la moto del fallo lleva un stator de cinco bobinas, de los que hemos tenido siete unidades funcionando sin el más mínimo problema hasta ahora. Sabíamos que el Hall sufría en los de dos bobinas, pero no en los de cinco. Así que hemos decidido cambiar de tecnología y emplear sensores ópticos, que son inmunes por completo a las condiciones magnéticas del lugar de trabajo. Y con tal decisión tomada, la siguiente ha sido unificar la producción por completo renunciando a la tecnología anterior.
Como es lógico, a los clientes que ya recibieron su sensor magnético les remitiremos -sin gasto alguno por su parte- las piezas necesarias para reconvertir su instalación y prevenir la aparición de este incómodo problema.
Seguiremos informando.