El papel del volante magnético en nuestras clásicas

Una de las razones por las cuales en RMLightning optamos por mantener las piezas originales de las motocicletas es por el papel fundamental que el volante magnético desempeña en el funcionamiento del motor.

A veces, desde una perspectiva simplista, pensamos -tal vez confundidos por su propio nombre- que el volante magnético de una motocicleta no tiene más función que la de generar la corriente eléctrica trabajando en conjunto con el las bobinas arrolladas en el stator. Que es una función importante, efectivamente, porque necesitamos la electricidad para ayer saltar la chispa en la bujía y hacer que el motor funcione. Pero no la única.

La segunda función del volante es la de formar parte de las masas del tren alternativo (el conjunto formado por el pistón, la biela, el cigüeñal y sus volantes), influyendo con sus características en el rendimiento del motor. Fundamentalmente, dado que el volante magnético es una masa circular situada en un extremo del cigüeñal, su rotación genera unas inercias que son proporcionales al peso del material del volante, e impactan en el funcionamiento del motor.

Una primera derivada consiste en la ecuación siguiente: cuanto mayor sea el peso del volante, y mayores las inercias, el motor tendrá un giro más regular y un funcionamiento más suave. La regularidad viene dada por el beneficioso efecto de la masa rotante, que ayuda al mantenimiento de la pistonuda en bajo régimen, y la suavidad por la mayor lentitud al subir de vueltas debido a que cada explosión debe «mover» toda la masa añadida al cigüeñal. De este modo, es normal ver volantes enormes en los motores clásicos de Trial, y volantes mucho más ligeros en las motocicletas de carretera, o incluso su sustitución por los llamados «rotores interiores» en los motores de cross donde se busca brillantez y rapidez en la subida de vueltas a costa de un funcionamiento irregular en la zona baja de la curva de potencia.

En el caso de las Montesa Impala, hay medio kilo de diferencia entre los 1.850 gramos del volante de bronce de la Impala y los 1.350 del de aluminio que se montó en la Impala Sport, lo cual contribuye al mayor nervio del motor deportivo.

 

Volante de bronce de una Impala 175

 

Pero hay más. Si miramos el comportamiento en arranque de ambos modelos, la Sport es más complicada de poner en marcha con sus reglajes de fábrica, debido a dos factores. Uno de ellos es el mayor avance del encendido, pero el otro es la menor masa del volante, que requiere de una patada más viva.

Por supuesto que puede haber otro volante en el extremo opuesto del cigüeñal, como sucede en el caso de las Cota clásicas, que compensan con un contrapeso a la izquierda la enorme masa de sus volantes magnéticos, que van a la derecha. Pero el volante magnético suele ser la mayor de las masas en movimiento del tren alternativo, con lo que su peso es fundamental para el funcionamiento y el «carácter» del motor.

 

Volante «dinosaurio» de una Cota 349/4

 

Volante de inercia en una Cota 247 MkI

 

Seguro que sabéis que al preparar motores de 2T una de las cosas que suelen hacerse es modificar el peso de dicho volante. En las preparaciones de trialeras clásicas es muy normal que pilotos acostumbrados a motores de trialeras modernas -mucho más nerviosos- pidan al preparador que tornee el volante pare aligerarlo.

Así las cosas, y como nos encanta que las motos mantengan el carácter con que salieron de fábrica, en RM Lightning contamos desde el principio con la obligatoriedad de mantener el volante magnético original como requisito de diseño. Por eso nuestros encendidos mejoran la respuesta del motor sin alterar la personalidad que su diseñador quiso darles.

(Publicado originalmente en http://montesakingscorpion.blogspot.com.es/)

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